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lunes, 18 de julio de 2022

Acerca del cuento Ardilla Nogalina, de Beatrix Potter

         Dentro del campo de la Literatura Infantil, no siempre se vuelve la mirada a la labor de escritores pioneros. Acercamos aquí a Beatrix Potter, quien fuera una escritora, ilustradora, fabulista de literatura para niños y naturalista británica. Su personaje más famoso es Peter Rabbit. Nació en Londres en el año 1866.

Uno de sus textos es Ardilla Nogalina y, a partir de la lectura de este tierno y delicadamente ilustrado cuento, quisiera en breves líneas, reafirmar la innovación literaria que realizó esta autora sobre los relatos para la infancia y la relación con algún aspecto de la obra del autor argentino Gustavo Roldán.

Según el especialista Marcelo Bianchi Bustos, los personajes de los cuentos de Potter no actúan según los cánones de lo “políticamente correcto”, es decir cómo deberían comportarse para seguir los “buenos modales” y la lógica del “portarse bien para poder sobrevivir”. En esta postura radica gran parte de la innovación de nuestra escritora.

Veamos de qué se trata: Nogalina y sus compañeras, las otras ardillas, viven en el bosque, a orillas de un lago; de este emerge una isla que es el dominio del búho Viejo Pardo. Las ardillas arman pequeñas balsas, ayudándose con sus colas para llegar ahí y le llevan regalos por seis días consecutivos, para ganarse la autorización del ave y así recolectar las nueces de los alrededores, pero:  Comebayas y otras seis ardillas llevaron un pececito gordo cada una, pero Nogalina, que no sabía lo que era la buena educación, no llevó ningún regalo. Iba corriendo delante, cantando…

 Ocurre que cada vez que le entregan la ofrenda al búho, Nogalina lo único que hace es formular adivinanzas-muy curiosas, por cierto- que Viejo Pardo no atiende, y además se pone a jugar y hacer cosas distintas a las de sus compañeras. Al sexto día la impertinencia de la protagonista llega al colmo y casi queda presa del búho. Se salva, pero queda con la mitad de su cola. Cabe aclarar la importancia que la autora le otorga a esa, desde el inicio: “Este cuento trata de una cola: la de una ardillita roja llamada Nogalina…” Quizás su cola represente el orgullo herido de Nogalina.

Dice el dicho popular: “El que se quemó con leche, ve una vaca y llora”; nuestra   traviesa ardilla Nogalina, parece hacer caso omiso a todo lo que el sentido común indicaría para actuar prudentemente. Por lo tanto, al finalizar el relato podemos ver una ardillita con la mitad de su cola y leer que nunca más quiso oír nada referido a sus adivinanzas y hasta se puede decir que reniega, pero a la vez que juega con las palabras y su actitud:

Y todavía hoy, si las encontráis a Nogalina subida en lo alto de un árbol y le pedís que conteste a una adivinanza, os tirará palitos, dará pataditas en el suelo, refunfuñará y gritará: - ¡Cu-cu-cu-cur-r-r-cu-cú!

La obra de Potter se entronca con las fábulas, por tener animales que hablan como protagonistas, pero no presenta moraleja. En este caso, como en otros de su obra, Nogalina recibe su castigo, aunque en la medida que le corresponde a un niño. No hay alusión autoritaria, ni crueldad, solo, ¿solo? una importante lección con algo de picardía…

Otra novedad quizás sea también la importancia que otorga Beatrix Potter al juego en general y a la adivinanza como parte integradora de los juegos de palabras, tan necesarios en la literatura para niños. En este texto se puede observar que su temática principal no es la obediencia o desobediencia y su premio o castigo, sino el rol lúdico de la protagonista. Todo tiene un costo (susto tremendo y cola partida) pero prevalece el poder de la palabra detrás de las adivinanzas o acertijos.

Estas adivinanzas, por lo general tiene relación con el regalo que le traen las otras ardillas a Viejo Pardo, por ejemplo, cuando le traen miel:

“¡Zumm, zumm! ¡Buzz!  ¡Buzz ¡Zumba, zumba!

¡Venía zumbando por el camino!

Una bandada de alados gorriones.

Con sus libreas amarillas y negras

Vuelan los cerditos por toda la aldea

Hay una evidente alusión a las abejas, su zumbido y color, pero con la picardía de decir “vuelan los cerditos”. Es decir que el disparate también tiene lugar. Por lo tanto, se nos presenta por un lado la coherencia entre las acciones de las ardillas recolectoras y trabajadoras con los temas de las adivinanzas de Nogalina y por otro, lo disparatado de todo juego. La tensión entre un aspecto y el otro es lo que da equilibrio a este cuento.

Cabe aclarar que, especialmente las ilustraciones dejan implícita la importancia del trabajo a través de imágenes que muestran la laboriosidad de las ardillas. Queda esta cuestión para elaborar futuros trabajos críticos al respecto.

La lectura de la Ardilla Nogalina, me lleva además a relacionarlo con gran parte de los cuentos de Gustavo Roldán. Tan distantes en el tiempo y en el espacio, las narrativas de Potter y Roldán pueden darse la mano a través de la actitud frente a las conductas de los animales. El autor argentino ha resignificado la categoría de fábula, que en sus cuentos encuentran una nueva dimensión ya que  ellos no poseen moraleja, ni castigos tremendos; solamente lo necesario para que se reestablezca la armonía de las cosas, es así como en El monte era una fiesta, una vez que se desbarata el ardid del león y el tigre para hacer enemistar al mono y al coatí  y así delimitar egoístamente el territorio, el tigre y el león no tienen gran castigo; ellos siguen peleando como siempre, pero se reestablece el orden y la alegría en el monte.

También encontramos en su obra la importancia del juego de palabras, breves poemas, etc. como por ejemplo lo que recita el bicho colorado en el cuento El vuelo del sapo:

De los bichos que vuelan

Me gusta el sapo

Porque es alto y bajito

Gordito y flaco

Si bien los estilos de ambos escritores no son iguales, Potter trabaja mucho la ternura en sus personajes, acompañados por ilustraciones propias y Roldán transita por los caminos del humor y la intertextualidad; en sus cuentos no hay mensajes admonitorios. Se podría afirmar entonces que la innovación en ambos se da en la actualización del género fábula y en la búsqueda constante del manejo del lenguaje.

En consecuencia, con lo dicho se advierte la relevancia de difundir la obra señera de Beatrix Potter, por su calidad literaria y su pasión por la literatura destinada a los niños.

Autora: María Luisa Dellatorre

Nació en Goya, Corrientes, vivió y estudió en Bs.As.  y desde hace muchos años vive en Salta, donde formó su familia.

Profesora en Letras para la Enseñanza Media y Terciaria.  Diplomada en Gestión de las Relaciones Humanas para las Instituciones Educativas. Miembro de Número de la ALIJ. Es miembro fundador de LecturArte, Salta.

 Publicó, en colaboración, El paraíso perdido. La recuperación de la literatura canónica para el Nivel Polimodal. (1999); Consejo de Investigación de la Universidad Nacional de Salta. Saber leer. Estrategias áulicas para la comprensión del texto narrativo, CIUNSa (2001); Las huellas de la voz. Oralidad, literatura y escuela media, CIUNSa (2002). Recetas con sabor a Literatura, CIUNSa (2005);

Manual para Cautivar Lectores. Manual de Literatura para nivel medio, Fundación Capacitar del Noa y CIUNSa (2006).

Autores que Conmueven. Miradas Críticas sobre Literatura Infantil. Mundo Gráfico Salta Editorial (2014).

Publicación de la Tesina: “Acerca de las competencias literarias relativas a las problemáticas de Realidad/Ficción e Intertextualidad a partir de personajes animales en la narrativa de Gustavo Roldán” en Ensayos de Literatura Infantil y Juvenil Tomo II (2017) de la Editorial AALIJ.

León y los Girasoles (2018) Mundo Gráfico Salta Editorial.

 Presentó ponencias relacionadas con la Literatura Infantil y Juvenil en diferentes congresos, jornadas y simposios. Es capacitadora docente en temas relacionados a la lectura y la LIJ.

(mldellatorre@gmail.com)

 

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