III Concurso de Expresión
Creativa “Homenaje a Elsa Bornneman”
Palabras de la Prof Patricia Monserrat Rodríguez, en la Entrega de Premios
Bienvenidas:
autoridades, funcionarios, maestros, niños y colegas aquí presentes. Como dicen
nuestras palabras fundacionales somos un grupo de docentes, artistas,
escritores que estamos interesados en mediar, servir de puentes entre los
libros y los textos que leímos o conocemos y los chicos o jóvenes que ingresan
a este oficio de leer. Nos interesa que ellos, como a nosotros nos sucedió en
su momento y aún ahora, salgan transformados de esta actividad, del increíble
efecto transformador de la lectura. Porque yo particularmente creo, y espero
que uds también lo vean así, leer es un trabajo. Un trabajo que nos pone en
grandes conflictos con nuestro yo, con los otros, con el mundo. No es fácil.
Es todo un
trabajo que se lleva parte de nosotros y nos deja cambiados. Acometer esta
acción, la de leer, nos coloca en el
mundo y en la realidad de otra manera, nos re-nueva. Como si al cerrar la
última hoja del libro, al leer el último verso del poema, al sentir la última
frase del relato o al visualizar en silencio ya, la última imagen, nosotros ya
no somos los mismos. Hemos sido atravesados por lo que leímos. Eso que tuvimos,
eso se activará y nos hará mejores, diferentes, posibles candidatos a un nuevo
deseo. Porque entonces recién leer es desear. Y en LecturArte estamos para eso,
para desear.
Hemos deseado
este Concurso, a Elsa Borneman, la hemos revisitado en sus textos conocidos y
en los que no conocíamos, la hemos descubierto en “Romance del enamorado y la maestra”, en” Críspolo”, en poemas que desconocíamos y que gracias a estos niños
que hallaron ese deseo la volvimos a conocer. Agradezco a Elsa por su
producción tan rica, por llevar a estos niños a volar, a jugar y trabajar.
Agradezco sus reelaboraciones tan desafiantes del discurso del poder como en “Un elefante ocupa mucho espacio”, “Cuello
duro” o “Mil grullas “ y siempre recuerdo el rostro feliz de mi hija, de
esa niña de ahora 25, cuando leía “¡Ay
qué disparate, se mató un tomate!”. Aún lo sabe y sigue poniendo esa cara
cuando lo repite.
Agradezco a
los niños por habernos enternecido y sorprendido con sus descubrimientos sobre
Bornneman. Gracias! E invitar a las docentes presentes, padres, madres que
tengan tiempo martes de por medio a venir a Leguizamón 195 en el Club de
Agentes Comerciales para encontrarnos y a veces desencontrarnos, pero siempre
en busca de de ofrecer un libro, una historia, un autor que por ese rato sea el
plato más rico del menú del conocimiento.