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martes, 22 de febrero de 2011

Subite al tren de LecturArte

Nuestros objetivos:
  • Generar espacios de reflexión y producción relacionada a la LIJ para una transferencia efectiva a la comunidad.
  • Fomentar la lectura en diferentes ámbitos y contextos como una posibilidad de conocerse, conocer al otro y al mundo.
  • Facilitar a niños y jóvenes oportunidades para interactuar con el libro, la lectura, la literatura y con otras artes a través de experiencias personales y grupales creativas y sensibles.
  • Generar acciones que estimulen el desarrollo emocional, espiritual, ético y estético de niños y jóvenes.
  • Estimular la investigación y capacitación en LIJ y la formación de agentes multiplicadores.
  • Establecer lazos y convenios con otras instituciones con objetivos comunes a Alija.
Nuestro logo: tiene que ver con nuestro lugar de origen y paisaje: Un tren de libros viajando más allá de las nubes, porque es el objetivo de LecturArte llevar un poco de alegría, esperanza, magia, ilusión, misterio, aventuras y mucho, mucho más a distintos rincones de nuestra provincia.

¿Cómo trabajamos? Nos hemos dividido en comisiones para agilizar la tarea y distribuir responsabilidades. Tal vez te interese participar en las de Capacitación y Perfeccionamiento o en la de Movidas Literarias para niños y jóvenes. Si querés "subirte al tren de LecturArte" o conectarte con nosotros para que generemos acciones en tu barrio, escuela, biblioteca u otros lugares, escribinos a:


lunes, 21 de febrero de 2011

HOMENAJE A MA. ELENA WALSH: UN PUENTE ENTRE GENERACIONES

Ma. Elena Walsh ya no está entre nosotros, es cierto, pero quedan sus libros, sus canciones, sus personajes conmovedores e inolvidables. Queda su palabra comprometida con su tiempo y su gente que la llevó a elegir exiliarse en París junto a Leda Valladares para poder cantar y decir libremente. No obstante, volvió a su país por amor a su pueblo, a sus jóvenes lectores, a su público de siempre y al nuevo. Porque Ma. Elena fue y será un puente entre diferentes generaciones. ¿Quién no ha tarareado alguna vez sus temas? Pasó su infancia en un gran caserón rodeada de rosales, limoneros, naranjos, con gallineros, gatos y patios. Un mundo fértil para abonar su increíble imaginación, su fuerza creadora, su frescura, su picardía y sus juegos lingüísticos.

Al momento de escuchar la noticia de su muerte comenzaron a desfilar por la casa El mono liso bailando el Twist en el País del no me acuerdo, mientras la Reina Batata temblaba de miedo en la cocina y la tortuga Manuelita partía en busca de su novio. En mi jardín floreció “una flor y otra flor celeste del jacarandá”, a lo lejos escuchaba a la vaca de Humahuaca rumiar su lección y Osías, el osito era invitado a tomar el té con tetera de porcelana que no se ve, “yo no sé por qué”.También aparecieron el elefante Dailan Kifki,  Doña Disparate, Tutú Marambá, los locos animales del Zoo y los divertidos personajes de Gulubú. Basta abrir un libro de Ma. Elena o escuchar alguna canción para querer seguir haciéndolo, señal de que está y estará siempre viva entre nosotros, con sus ojos transparentes y su valiente sonrisa. Sus poemas, obras de teatro, ensayos, cuentos y canciones seguirán dejando huellas, trascendiendo fronteras y generaciones.
 

domingo, 20 de febrero de 2011

Trece instrucciones para ayudar al niño a leer, por Germán Machado

1. No lea al niño que usted dejó atrás: lea con el niño que está junto a usted. Tampoco se adelante al niño en su lectura: conózcale su tranco, acompáñelo y déjelo leer en soledad cuando él así lo quiera.

2. Lea como si usted nunca fuera a dejar de ser un niño, pero sabiendo que ya no lo es. Lea en la actualidad, pero sabiendo que en el futuro estará el pasado y en el pasado también estuvo el porvenir.

3. Lea lo que el niño le pide, pero también lo que el niño le da. Disfrute de ambas cosas, y que ambos disfruten. Y si el niño quiere leerle algo a usted, déjelo hacer, incluso cuando el niño todavía no sabe leer.
4. Lea en el espacio y en el tiempo adecuados. No se desubique. En el caso en que lea con el niño por las noches: nunca se duerma usted antes que él.

5. Al seleccionar la lectura, piense en el niño con el que va a leer, pero no haga caso a las categorías, ni a las clases, ni a las edades, ni a los tamaños. El único que puede ser caprichoso en cuanto a elegir la lectura es el niño, no usted.

6. Lea todo lo que venga, pero también todo lo que se va. Piense que toda lectura es una encrucijada.

7. Lea con el niño sólo cuando está seguro de dos cosas: que no tiene ninguna otra tarea más importante para hacer y que leer con él no representa una tarea para usted. Si no está seguro de eso, igual es mejor que lea con el niño a que no lo haga.

8. Lea con el niño como si fuera la última vez que va a hacerlo, y también como si fuera la primera.

9. Lea con el niño como si usted fuese uno de esos bambúes —conocidos como Cañas de la India— que florece y produce semillas una vez cada 120 años para luego morir. Piense que esos bambúes florecen todos juntos y a la vez, y que alguna de las semillas que lanzan logrará evitar a los depredadores para poder reproducir la especie. Si esto no lo convence, piense que esos bambúes igual se propagan de forma constante, produciendo nuevos brotes a partir de rizomas subterráneos.

10. Lea con el niño como si estuviese ayudando a un ciego a cruzar la calle. La fraternidad, o el amor filial, tienen algo que ver en eso, aunque luego de cruzar la calle, usted seguirá su camino personal y el niño (como el ciego) avanzará por el enigma de sus recónditas distancias.

11. Si cuando está leyendo con el niño éste lo interrumpe, detenga la lectura y preste atención a lo que surge. Piense que no todo lo que van leyendo está escrito en el libro. Las digresiones son propias de una lectura imaginativa. Atrévase a ir más allá de la letra o a volver desde lo escrito a la realidad: piense que la imaginación antecede a la escritura y también la desborda.

12. Piense que el acto de lectura es un modo de comunicación que trasciende lo que un texto dice o ilustra. Si la lectura hace ruido en la comunicación, déjela de lado. Sepa cuando es el momento adecuado para dejar de leer al niño.

13. Si realmente está dispuesto a leer con un niño, hágalo como le dé la gana: no siga ninguna instrucción al respecto. Manténgase en sus trece.

sábado, 19 de febrero de 2011

Presentación libro "El estanque mágico y otros cuentos con secretos"

LecturArte auspició la presentación del libro de cuentos infantiles "El estanque mágico..." de Ma. Belén Alemán que se realizó el 7 de diciembre de 2010 en la Sala Infantil del Complejo de Archivos y Bibliotecas de Salta, ante gran cantidad de chicos y público en general.

 De izquierda a derecha: Prof. Soledad Martínez Saravia, presentadora; la autora, Ma. Belén Alemán y Francisco Aráoz, editor Mundo Gráfico.


La Prof. Ma. Luisa Dellatorre habla en representación de Alija Salta, LecturArte.

 La autora con promotoras

Discurso de Michel Desclot, Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil de Barcelona

Leer para ser mejores
La mayoría de nuestros antepasados fueron analfabetos. Es verdad. Pero no fueron ignorantes. Ellos, simplemente, disponían de otro sistema de almacenamiento y transmisión del saber. A ellos les bastaba la memoria, que hacía las veces de biblioteca, y la transmisión oral, que hacía las veces de lectura. Y, a su manera, no eran menos sabios que nosotros. A su vez, los niños de aquella sociedad analfabeta, pero no ignorante, estaban en contacto permanente con la literatura de tradición oral, ya fuesen canciones, cuentos o adivinanzas, desde su más tierna edad hasta su madurez. No iban a la escuela, pero heredaban un saber secular. No leían, pero escuchaban la literatura que sabían sus mayores, y jugaban todo el día con las canciones y las fórmulas verbales que les había legado la tribu. En el fondo, eran más literarios que los niños alfabetizados de nuestros días. Eso fue así durante siglos, hasta que la cultura escrita fue extendiéndose y las formas de vida moderna, con todos sus sistemas de memoria artificial, acabaron no hace mucho con la tradición oral. Y los niños perdieron el contacto que con tanta naturalidad habían mantenido hasta entonces con la literatura.
Es aquí, pues, cuando entra en escena la necesidad de una literatura infantil: entre los cuentos y canciones de tradición oral que todavía se cuentan y cantan a los niños más pequeños hasta la narrativa y la poesía que se escribe para los adultos, nuestra sociedad precisa una literatura infantil que llene este vacío y haga posible una transición natural entre ambos extremos.
Este país ha perdido la sabiduría de transmisión oral hace relativamente poco tiempo, pero todavía no la ha substituido por una generalización de la cultura escrita. De hecho, como seguramente sabréis, España es uno de los países con un índice de lectura más bajo de Europa. No es un índice para enorgullecerse, precisamente. Todo el mundo tendría que luchar para modificar de raíz este estado de cosas que debería preocuparnos tanto como el índice de paro laboral o el índice de crecimiento económico. Los escritores, por supuesto, deben contribuir a ese necesario cambio con una aportación literaria de primera calidad, pero también denunciando y combatiendo las carencias culturales de esta sociedad. Todo el mundo tiene su papel a desempeñar en esta campaña imprescindible.
A la lectura se llega por el placer, es cierto. Empezamos a leer por placer, y de hecho sería deseable que ese placer no nos abandonara nunca. Pero llega un momento en que el placer en sí mismo parece insuficiente y hay que plantearse la lectura como una fuente de conocimiento, que a su vez es una nueva fuente de placer. Leer para gozar, leer para conocer, leer para comprender, leer para crecer como ser humano. Eso es dolorosamente necesario en un país donde la lectura todavía parece un lujo prescindible. Un país que no lee es un país inmaduro, un país donde la gente no sabe dialogar porque no sabe comprender, un país donde la gente se echa los trastos a la cabeza por menos de un quítame allá esas pajas.
Es decir, un país a medio civilizar, por más ordenadores per cápita que tenga. Yo os invito a soñar en un país donde la lectura nos lleve a la comprensión y al conocimiento. Es decir, a la verdadera libertad. Un país donde el individuo conozca y respete profundamente al otro: al que no tiene su color de piel, al que no piensa como él, al que no habla como él. Desgraciadamente, este sueño todavía queda lejos, pero nunca hay que desfallecer y renunciar a esa meta final. La triste realidad es que en este país interesa muchísimo más el fútbol que la lectura, muchísimo más Operación Triunfo que lo que ocurre en los distintos parlamentos, muchísimo más lo que pueda declarar una supermodelo que lo que pueda decir un escritor o un pensador. Desgraciadamente, en este país se cometen desaguisados culturales hasta en los lugares donde debería reinar el juicio más ejemplar: en una ciudad de tanta tradición sapiencial como Salamanca todavía se guarda con orgullo un botín de guerra fratricida que debería avergonzarnos a todos sin excepción. Y, sin ir más lejos, en esta mismísima casa venerable que nos acoge, se pretende clasificar la literatura en lengua catalana en tres apartados diferentes, según los autores procedan de una comunidad autónoma u otra: una decisión que, pasando por encima de cualquier criterio científico, sólo se explica por el desconocimiento, el menosprecio y la animosidad (algo así como si la Biblioteca del Museo Británico clasificara a Cervantes como literatura manchega y a Góngora como literatura andaluza).
Por favor, leed y soñad. Para que el conocimiento nos haga verdaderamente libres y civilizados. El día que las bibliotecas estén más solicitadas que los campos de fútbol, que los telediarios dediquen tanto espacio a los libros como a los goles, que nuestros representantes públicos se sienten a hablar y a escuchar civilizadamente sin insultarse ni despreciarse mutuamente, que la juventud prefiera ir al teatro antes que salir a emborracharse, que la mentira y la corrupción sean perseguidas en todas partes, sea quien sea el que las cometa, que los conflictos no se resuelvan a bombazos ni con abusos de poder, aquel día sí podrá decirse con razón que España va bien.

jueves, 10 de febrero de 2011

Presentación Libro "El estanque mágico y otros cuentos con secretos", editorial Mundo Gráfico

LecturArte auspició la presentación del libro de cuentos infantiles "El estanque mágico y otros cuentos..." de Ma. Belén Alemán, que se llevó a cabo el 7 de diciembre de 2010, en la Sala Infantil del Complejo de Archivos y Bibliotecas de Salta, capital con la presencia de muchos niños y gran cantidad de público en general.


La Prof. Ma. Luisa Dellatorre, miembro de la Comisión Directiva de LecturArte, Alija-Salta, habló en representación del grupo.