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domingo, 3 de mayo de 2015

Artículos: Los miedos como intentos de comprender el mundo en "Miedo" y "Secretos de Familia", de Graciela Cabal - por la Dra. Emilia Arce


La escritora Graciela Cabal

                 El miedo del hombre ha creado todos los cuentos  
                                                                                                          León Felipe


¿Qué tiene en común el cuento para niños Miedo y la novela para adultos Secretos de familia? Además de pertenecerles a la escritora argentina Graciela Cabal, ambos relatos retratan el miedo desde la perspectiva del niño y las reacciones de los adultos frente a las ansiedades propias de la infancia. La escritora misma explica en su libro La emoción más antigua “El lugar en el que me sitúo para escribir, mi lugar natural,  es el de  la infancia. Desde  la infancia escribo, no para la infancia.” (pág. 18)
 Esta etapa de la vida, construida por muchos como un lugar de maravillas y fantasía, para Cabal es también un espacio de ansiedades, angustias y soledad. Al decir de Bruno Bettelheim, es un momento en que se da  lucha por el significado, por la comprensión del mundo que nos rodea:

Contrariamente a lo que afirma el antiguo mito, la sabiduría no surge totalmente desarrollada como Atenea de la cabeza de Zeus; se va formando poco a poco y progresivamente desde los orígenes más irracionales. Solamente en la edad adulta podemos obtener una comprensión inteligente del sentido de la propia existencia en este mundo a partir de nuestra experiencia en él. Desgraciadamente, hay demasiados padres que exigen que las mentes de sus hijos funcionen como las suyas, como si la comprensión madura de nosotros mismos y del mundo, así como nuestras ideas sobre el sentido de la vida, no se desarrollaran tan lentamente como nuestro cuerpo y nuestra mente. (pág. 6)


El miedo, tal y como lo define el diccionario de la Real Academia Española es una “perturbación angustiosa de ánimo por un riesgo o daño real o imaginario.”
Es decir, exista o no un peligro inminente este sentimiento al hacerse presente desestabiliza el ánimo del que lo percibe, ya que para quien lo siente la amenaza es siempre del orden de lo real. Por ello, Cabal no cuestiona sino que acompaña a sus niños-protagonistas en sus intentos de dar sentido al mundo que los rodea.
Los niños, en su interacción con el mundo (nuevo e impredecible para ellos), experimentan con frecuencia ansiedades que se manifiestan de diferentes maneras. Para la niña de Secretos de Familia se traducirá en su conflictiva relación con la comida, para el niño de Miedo en los fantasmas, ruidos, y personas que lo asustan sin razón  aparente.
Graciela Cabal, retrata con maestría la percepción de los niños frente a la respuesta de los adultos a sus ansiedades. Lo que para el adulto es una respuesta apropiada debido a que responde a las reglas sociales ya internalizadas, para el niño abre un universo de significados que deberá interpretar por sí mismo.
En la novela Secretos de Familia la narradora es una niña que relata de manera fresca y espontánea su mundo infantil, sus interrogantes, sus miedos y sus afectos a medida que el lector comparte con ella el proceso de construcción de su  identidad. Este proceso revela las ansiedades de su infancia frente a situaciones desconocidas ante las cuales las respuestas de los adultos resultan fuente de desconcierto más que de calma. Al igual que el niño- protagonista del cuento Miedo, la niña se siente aislada del mundo, no porque no tenga la contención de su entorno, principalmente su familia que se preocupa por brindarle todo lo que necesita, sino porque la infancia es un territorio de desolación. Bruno Bettelheim en Psicoanálisis de los cuentos de Hada, rescata el valor de dichos cuentos argumentando  la importancia de presentarle al niño héroes que experimentan sentimientos afines a los suyos

El héroe de los cuentos avanza solo durante algún tiempo, del mismo modo que el niño de hoy en día, que se siente aislado. El hecho de estar en contacto con los objetos más primitivos —un árbol, un animal, la naturaleza— sirve de ayuda al héroe, de la misma manera que el niño se siente más cerca de estas cosas de lo que lo están los adultos. El destino de estos héroes convence al niño de que, como ellos, puede encontrarse perdido y abandonado en el mundo, andando a tientas en medio de la oscuridad, pero, como ellos, su vida irá siendo guiada paso a paso y recibirá ayuda en el momento oportuno. (Pág. 15)


Los héroes y heroínas de Cabal suelen compartir las cualidades de los héroes antes mencionados. La autora, al ubicarse en el lugar de la infancia, al hablar por y desde sus miedos se conecta: por un lado con los niños que se sienten identificados con el relato, al igual que los protagonistas ellos se hacen las mismas preguntas y se sienten solos en un mundo que no les da respuestas claras a sus interrogantes. Al descubrir en el personaje alguien con quien compartir esos miedos, el niño se siente menos aislado en el mundo. Por otro lado, el relato se conecta también con el adulto lector a quien el personaje  le recuerda el niño que fue y le muestra a su vez el adulto que ahora es y que como tal debe responder a los interrogantes del niño.


Temores que se toman bien en serio

¿A qué le temen los niños? A muchas cosas. Los adultos suelen desestimar las ansiedades de los niños aunque a veces, al no poder calmarlas, despiertan en ellos ansiedades propias. Bettelheim explica esta reacción de la siguiente manera:

El pequeño está sujeto a sentimientos desesperados de soledad y aislamiento, y, a menudo, experimenta una angustia mortal. Generalmente es incapaz de expresar en palabras esos sentimientos, y tan sólo puede sugerirlos indirectamente: miedo a la oscuridad, a algún animal, angustia respecto a su propio cuerpo. Cuando un padre se da cuenta de que su hijo sufre estas emociones, se siente afligido y, en consecuencia, tiende a vigilarlas o a quitar importancia a estos temores manifiestos, convencido de que esto ocultará los terrores del niño. (pág. 14)

Por esto, Bettelheim insiste en la importancia de tomarse en serio los miedos y enfatizar su existencia, tal como lo hacen los cuentos de hadas (los tradicionales, no las versiones adaptadas que en la actualidad son las que más se conocen)
Cabal pone énfasis en los miedos de los protagonistas y  toma en serio sus angustias, aun cuando en ocasiones apele al humor para representarlos.
El cuento Miedo se narra en tercera persona, mientras que Secretos de familia[1] es narrado en primera persona. En Miedo la voz narradora transita desde el universo infantil del niño protagonista al mundo de los adultos, pero empatiza siempre con el niño.

En la ilustración de tapa vemos al niño- protagonista solo, visiblemente angustiado, rodeado de un fondo oscuro de donde emergen los fantasmas que lo atormentan. Desde su presentación sabemos que nos encontramos frente a un “héroe” en soledad.
A medida que transcurre el cuento, el lector penetra en el mundo solitario del niño y aprende cuáles son sus temores y sus razones, todas explicadas desde la experiencia del niño para validar ese sentimiento, aún si para el adulto resultan exageradas sus reacciones, tienen una explicación en la lógica infantil.
“[...] Miedo a la oscuridad, porque en la oscuridad crecen los monstruos” Las razones de los miedos no se cuestionan, se explican y es en esa explicación que hayan su validación. Si para el niño la oscuridad es el lugar donde crecen los monstruos, el lector  comprende y comparte la ansiedad del niño-protagonista frente a la oscuridad.
 En Secretos, la niña-protagonista relata sus propios temores: miedo a irse por el resumidero de la bañadera, miedo a que alguien le aparezca en el espejo mientras se mira, miedo a la muerte de sus seres queridos y terror a su propia muerte.
Los padres de ambos niños experimentan sus propias ansiedades frente al comportamiento de sus hijos y buscan solucionarlo recurriendo primero a la medicina. Así, en Miedo, el médico le receta un jarabe para los miedos, el cual no le hace ningún efecto ya que la raíz de sus ansiedades no es fisiológica. La niña de Secretos  es sometida a múltiples tratamientos médicos, incluida la extracción de las amígdalas en un intento de curar su trastorno alimenticio.
Al no encontrar una solución en la medicina, las ansiedades de los mayores se hacen evidentes. Ellos descartan que lo que el niño padece es un mal “real” y deciden intentar una cura apelando a otros métodos, los adultos de Miedo apelan a la burla y a los retos

Pero al papá le pareció que mejor que el jarabe era un buen reto:
-          ¡Basta de andar teniendo miedo, vos!- le dijo- yo nunca tuve miedo cuando era  chico
Pero al tío le pareció que mejor que el jarabe y el reto era una linda burla:
-          ¡La nena tiene miedo, la nena tiene miedo!

La pequeña de Secretos corre igual suerte, los adultos comienzan a tildar su falta de apetito como una acción deliberada de la niña.
           
En la mitad del camino se aparece un toro. “Ahora van a ver cómo se le acaban
las mañas a la nena”, dice mi tío Juan. Y abre la puerta del auto: “Toro, ¡esta nena no quiere comer! ¡Aquí te la dejo!
Los demás se ríen y hacen bromas. Todos menos mi mamá que se pone triste, y yo, que tengo ganas de vomitar. (pág. 56)

Otra manera en que los adultos expresan su frustración frente al comportamiento del niño es haciendo que se sienta culpable, responsabilizándolo de sus acciones como si fueran efecto de su voluntad y no un reflejo de sus ansiedades. La niña de Secretos cuenta:

A mí me encanta comer caramelos, chupetines, uvas y otras porquerías, como los puchos de mi papá. Pero comida de verdad, eso no me gusta. Mi papá dice que lo hago a propósito, para que él, que sólo tiene cinco minutos para comer entre trabajo y trabajo, se pelee con mi mamá, que está volviéndose loca de a poco. (pág. 22)

Lejos de curar los trastornos, estos métodos agudizan la ansiedad de los niños-protagonistas. Al niño de Miedo se le agregan ahora los miedos y las ansiedades del adulto, además de los miedos que tenía antes se le suman el miedo a los jarabes, los retos y las burlas. La niña de Secretos  no solo sigue sin comer, sino que comienza a vomitar y regresa a la ciudad más desnutrida de lo que se fue.

¿Cómo los niños de ambos relatos comienzan a transformar su relación con el medio?  La primera interacción del niño protagonista de  Miedo con el mundo que lo rodea es la mirada de un perro en la plaza. El niño y el perro se miran y reconocen en la mirada del otro el mismo sentimiento, no están solos.  El animal sigue al niño y se sienta junto a él. Aquí escuchamos por primera vez la voz del niño que le pide a la madre llevar al perro a casa e incluso ante la negativa de la madre el niño insiste, reafirmando su voz y enunciando por primera vez su deseo. Una vez en casa, el perro “se come” todos los miedos del niño, es decir, que a partir de su amistad con el perro, comienza a salir de su aislamiento y a establecer lazos con el mundo exterior. La niña protagonista de Secretos da el discurso de fin de año en el último grado de primaria. En el mismo se yuxtaponen las voces de la narradora niña y la narradora adulta. Es el fin de la infancia un nuevo espacio se abre, con otros interrogantes y otras ansiedades pero con la posibilidad de interpretar el mundo de diferente manera.
Para los protagonistas de estos relatos, como para la mayoría de los niños, la infancia es una etapa de crecimiento en que se debe confrontar las ansiedades de ese primer encuentro con el mundo al que se debe dar significado. Graciela Cabal retrata la infancia de manera tal que el lector siente que entra a un territorio conocido, donde le son familiares las fantasías como así  también los fantasmas que la habitan.


 Bibliografía


Bettelheim, Bruno. El Psicoanálisis de los cuentos de Hadas. Barcelona: Crítica, 1995

Cabal, Graciela. La emoción más antigua: la lectura, la escritura, el encuentro con los
  libros. Buenos Aires: Sudamericana, 2001
                       
  Miedo. Buenos Aires: Sudamericana, 1997

                          Secretos de Familia. Buenos Aires: Sudamericana, 1995



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[1] A partir de aquí nos referiremos a la novela Secretos de Familia como Secretos