Ecos del Alma (Textoteca*)
Pisa pisuela, color de ciruela me dijo mi
abuela que vaya a la escuela y me cantó una canción solo para mí que decía así:
Negra sinvergüenza, cara de lechuza, quiere que le compren cosas que no se
usan…
Y papá me regaló burrito, que se llamaba Pelusón,
lo primero que hizo el tonto fue caerse en un zanjón y como rebuznaba fuerte
muy fuerte, llegó rápidamente Poncho Negro el jinete más valiente y más audaz, con
Calunga su compañero, al galope acompasado de Satán y también Galopito, hico,
hico, el caballito valiente y entre todos salvaron a mi burrito y todos le
cantamos muy despacito: A mi burro, a mi burro le duele la cabeza y el médico le ha dado una
gorrita gruesa, una gorrita gruesa, mi burro enfermo está. Y Pelusón salió
feliz del pozo rebuznando hiiaa, hiiaa, hiiaa y se cruzó en el prado con Platero
que es pequeño peludo y suave, tan blando por fuera que se diría todo de
algodón… algodón azucarado para los chicos educados…
Pero la historia continúa sin fin, porque
muchos animalitos andan por aquí. Algunos no se ven y por eso, nadie sabe dónde
vive, nadie en la casa lo vio pero todos escuchamos al sapito glo-glo- glo. Vivirá en la chimenea, dónde diablos se metió,
vivirá bajo la cama u oculto en algún rincón… pero en mi casa si se ven y veo
veo que ves un sapito al revés y una verde ¿qué es? Sana sana, colita de rana,
sino sana hoy sanará mañana y junto a la ranita verde, sapos, sapitos, sapotes
y rococós están en el rincón y hasta en el calefón mientras una zamba salteña
suena en el aire de acordes mágicos. Sapo de la noche, sapo cancionero, que vives soñando, junto a tu laguna, tenor de los
charcos, grotesco trovero, que estás embrujado de amor, por la luna… y luna lunera cascabelera dile a mi amor
por favor que me quiera… y la señora la luna le pidió al naranjo un vestido
verde y un velillo blanco, la señora luna se quiere casar con un pastorcito que
va por allá… y el sapo cancionero, sapo
enamorado sigue cantando sin esperanzas durante todas las noches estivales;
mientras los tucu- tucu iluminan entre los árboles y los grillos hacen sus crick,
crick, los sapitos su croac, croac, croac y los coyuyos su crecrecrecre uuuuuuuuuuuu que ensordece a todos y los
duendes de mano de plomo y mano de lana se van corriendo ante tanto alboroto
para esconderse debajo de los gajos
torcidos de la higuera donde aporrea a
los niños que quieren robarle sus frutos.
Y entre tanto
bicherío duendes y niñitos nos hemos olvidado de un bichito colorado que ha matado a su mujer con
un cuchillito de punta alfiler, que le sacó las tripas y se puso a vender a
veinte a veinte las tripas calientes de su mujer… y qué feo dijo un perro que
está en la punta del cerro… pero se movió el cerro y al suelo el perro.
Y durante el día
la señora de manos largas viene a jugar con nosotros y pone tan altos, tan
altos los juguetes que no se pueden encontrar porque ella es mágica y se le
estiran los brazos hasta el infinito… y el
ogro Golón y ella son amigos y no se sabe si viven juntos en una cueva
porque ella es buena aunque a veces da un poco de miedo porque no se ve, el
ogro Golón se quiere comer a las niñas entrometidas… y el hombre de la bolsa
que se acerca a esta historia también.
Y alguien dice
fui a la carnicería a comprar carne y no encontré aquí, ni aquí solamente aquí
y un niñito se ríe a carcajadas; mientras otro compró un huevito, otro lo
cocinó, otro lo peló y un pícaro gordo se lo comió. Y las risas van y vienen y
él que quiere se entretiene. Y que llueva que llueva la vieja está en la cueva
los pajaritos cantan la vieja se levanta y, que sí que no que caiga un
chaparrón y grita que saquen al santo
porque él va a hacer llover.
Y me encontré
otra vieja virueja virueja de pomporerá que tenía dos hijos virijos de
pomporerá y el uno iba la escuela viruela viruela de pomporer áy el otro iba al
colegio viruejo viruejo de pomporerá. Tara, tara, tara, tara, tara ta ta y otra
vieja rezando en la novena al sentir el armonio, viditay. Gritó primera ay sí con tantas ganas, pelaron
los pañuelos, vidita y se armó una farra muy chura y alegre… Pero no era como
el baile de la Cenicienta, ni como el de
la Bella Durmiente que supiraban de amor y los supiros son aire y van al aire y
las lágrimas son agua y van al mar, y allí está una pobre sirenita enamorada
que suspira porque quizás se convierta en espuma si no la aman… porque hay
amores que matan dice mi tía y en medio de la tristeza a uno le da risa.
Y agranda la
puerta padre, que ya no puedo pasar, la hiciste para los niños y he crecido a
mi pesar y entonces no podré ir al circo cuando llegue a la ciudad y hay mucho para ver allí como un pregonero vestido
de azul que dice: Pasen, señores pasen a ver el circo maravilloso y a Boby el
perrito artista y genial equilibrista y un hombre viejito y barbudo que asusta
un poco vende así: con un pequeño soplo los haces mover ¿quién compra un molino
al viejo Carilés? y los niños le compran y Miguita, una niña pequeñita está
sentada a su lado, mudita y con ojos tristes. ¿Que le habrá pasado a la niña le
habrán comido la lengua los ratones?
Pero en un
bosque de la china, una china se perdió y como yo era un perdido nos
encontramos los dos… y en un lugar que no es la China una doncella, que no es
Mulán… se fue a la guerra de Francia con Aragón porque su padre tiene siete hijas y entre
ellas ningún varón… y le pidió sus armas y su caballo trotón…
Y así termina
esta cuento que puede no tener fin… porque hay tantos recuerdos que se vienen
del ayer y entonces un dos, tres, coco es… un dos tres coro coronita es y el
que pierde se “la hace” y que empiece una nueva historia que termine o no
después…
Soledad Martínez Saravia: Profesora en Letras por la Universidad
Católica de Salta. Investigadora en la misma área. Ejerció la docencia en los
niveles, Secundario, Terciario y Universitario.
Terminó su carrera docente como Directora de la Escuela Rural Dr. Ernesto Solá.
En el Departamento de Cerrillos- Salta. Continúa su actividad como editora de
la Editorial EUCASA de la Universidad Católica de Salta. Formó parte de
LecturArte. Alija Delegación Salta.
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