El inmenso legado literario de Juan Carlos Dávalos y su narrativa
polifacética son un tesoro que reconocemos con gran orgullo. Entre tantas
actividades culturales que desarrolló a lo largo de su vida, recordamos la
fundación del periódico estudiantil Sancho
Panza, con la colaboración de Julio Paz y Michel Torino, su participación
como redactor de la revista Sustancia de
Tucumán, su merecido reconocimiento con el Primer Premio, Nacional de Literatura
(Folclórica) en el año 1938, pero lo más importante y valioso fue su extensa
producción literaria.
Se cuentan más de doscientas piezas, entre
cuentos, narraciones autobiográficas, crónicas de viajes, fábulas, leyendas,
disquisiciones filosóficas, antologías de versos y también obras de teatro. Siendo
las más recordadas en narrativa:
El viento blanco, Los Gauchos, Estampas
Lugareñas. En teatro: La Tierra en
Armas, Águila renga. Fábulas para niños: Los casos del zorro. En poesía: Canto
agreste, otoño, Últimos versos. Entre
otras
El período de máxima
producción abarca de 1920 a1933, en el que aparecen más de un centenar de
composiciones en prosa y verso, es la etapa en que Juan Carlos Dávalos alcanza
su mayor perfección narrativa. Su obra está considerada entre las más
importantes piezas literarias argentinas y americanas del siglo XX.
Hoy,
tengo la oportunidad de destacar la producción de Juan Carlos Dávalos como un
pionero en la literatura juvenil en Salta, y nuestro país. Su producción
constituye un interesante material recreativo. Los relatos vivenciales escritos
con humor, cargados de anécdotas con un lenguaje sencillo, el sello humorístico
en la temática y mucho ingenio lo ubican como un autor de literatura juvenil. Juan
Carlos Dávalos, fue el cronista de una época y lo reflejó con su espíritu
juvenil y muchas veces disparatado. Un autor que es un eslabón importante en
nuestra cadena histórica dentro de la literatura infantil y juvenil.
Si bien, toda su producción es un material de
lectura atrapante para todo tipo de lector, considero que los relatos
autobiográficos de su juventud y como profesor del colegio Nacional de Salta,
son los que se enmarcan dentro de esta línea literaria. Existen entre cincuenta
y sesenta escritos publicados en los diarios y revistas de la época,
actualmente olvidados en la hemeroteca. Varias de estas narraciones fueros
investigadas por la Dra. Susana Martorell[U1]
de Laconi
Es una colección de narraciones donde relata sus fechorías como
alumno que protagoniza junto a sus amigos. Por ejemplo: Naufragio
en el rio Arias, El caso del esqueleto, La huida. Entre
1906 y 1910 reside en Bs. As donde escribe relatos que constituyen una
estudiantina, al estilo de Juvenilia
de Miguel Cané. Tomemos como ejemplo: Un troglodita,
La primera rabona, La muerte del muerto, Sabor amorgo, El caso del esqueleto entre
otras.
Fragmentos de Un Troglodita, narración que pertenece
a la Antología Los Buscadores de Oro
1928, La narración es autobiográfica y el narrador es el mismo Davalo niño,
quien relata lo sucedido.
] .....
Un grupo de cachafaces del que yo formaba parte, descubrimos hará 25
años,
En una de nuestras rabonas a la escuela, el
secreto de aquel agujero, que por muchos años se apellidó “la cueva del viejo
Castro” …
…Pertenecía yo, siendo alumno del quinto grado,
a una logia de raboneros – yuteros, decimos en Salta, avezada en toda suerte de
averías extra-escolares …Sometidos al celo inquisitorial de un regente malazo
que nos tenía locos a penitencias …
…… Guardando toda suerte de precauciones,
temblando de miedo y hablando en voz baja, nos asomamos nuevamente al orificio
y mientras escrutábamos las densas sombras del fondo, uno de nosotros, aflojó
con el pie una piedrita que fue a caer, retumbando, allá abajo, en un cuerpo
que sonó como cosa blanda y hueca…
Y esta cosa blanda y hueca –¡oh dioses! era el
lomo del troglodita …¨¨
………………………………………………………………….
En la época del profesor
Pánganos, así lo llamaban cuando enseñaba y dirigía el tradicional Colegio
Nacional (1911-1935), disfrutaba compartir con sus alumnos, excursiones,
charlas y aventuras, que dejó plasmadas en varios relatos cargados de picardías
y complicidad, donde se puede revivir aquellos días de bulliciosa juventud.
Se advierten en sus relatos un conocimiento profundo
del alma juvenil con el que se sentía identificado, él formaba parte de la gran
aventura.
Algunas
de estas cómicas travesuras de sus alumnos, donde Dávalos finge ingenuidad y se
convierte en un adulto con espíritu juvenil, se traslucen en las piezas: Mi
último examen, Un naufragio en el rio Arias, Estreno una espada, Fracaso pedagógico,
Noche campestre.
El efecto que provocan aun hoy estas
narraciones en los jóvenes, es muy particular. Quizás, la cercanía del
lenguaje, la temática de aventura, los caracteres de los personajes, les
resultan familiar y jocoso. Su particular modo de narrar, lleno de ingenio, el
tono divertido cuando se trata de caracterizarse a él mismo y a sus compañeros
de aventuras, hacen de sus relatos una verdadera caja de sorpresas. Se descubre
al Dávalos niño, un personaje más, lleno de ingenuidad ternura y humor
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